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De un robo que se perpetra en una iglesia de un pueblo. Y curiosamente no se llevan ni los cálices ni na, lo único que se llevan es una manta. Y la manta debía ser muy importante. Luego después cuando la gente no sabe lo que es la manta, la tradición lo cambia, cambia la palabra manta por lámpara. Porque claro, como en una iglesia iba a haber una manta…ahora después te explicaré por qué, por qué había una manta. Pero aquella manta debía ser muy muy importante porque enseguida el señor cura se fue a ver al alcalde al consistorio y le dijo:
—Quiero que sepas que nos han robado la manta.
Y entonces, mandaron bandos por todo el pueblo a preguntar si…si alguien sabía de quién había robado la manta, pero pasaron unos días y nadie decía nada. Solamente el tonto del pueblo se paseaba por el pueblo gritando:
—¡Yo cé quién ha dobado la manta! ¡Yo cé quién ha dobado la manta!
Y claro, como no aparecía, al final dicen:
—Bueno, a ver si es que este tío ha visto algo y nos puede explicar.
Y lo llevaron al ayuntamiento.
—Perico, ¿quién ha robado la manta?
Y él claro, por primera vez en su vida se sintió importante. Y…se queda así mirando y le dijo:
—Pegúntamelo ota vez.
—Perico, ¿quién ha robado la manta?
—Pegúntamelo ota vez.
Cuatro, cinco, seis…ocho, diez veces, las veces que tú quieras y el otro na más que:
—Pegúntamelo ota vez.
—Pegúntamelo ota vez.
Ya al final, cuando ya estaban (…)
—Dile a los concejales que vengan y que me…todo, todo, todo.
Pues allí todos los concejales:
—Perico, ¿quién ha robado la manta?
Ya cada vez el tono más (…)
—Coño, venga. Dínoslo ya de una puta vez. Perico, ¿quién ha robado la…?
Total, que el cura por… esto, cogió y en la carroza de la procesión del Corpus, lo subió y lo llevó a una vuelta por to el pueblo. Y de vez en cuando, pues como pues pasaban las…De vez en cuando paraban en una capillica y la gente le preguntaba:
—¡Perico! (ya de cachondeo), ¿quién ha robado la manta?
Y él desde arriba:
—Pegúntamelo ota vez.
Y ya por fin, cuando se iba a meter la procesión…
—¡Perico! ¿Quién ha robado la manta?
–¡Pegúntamelo cantando!
Y entonces todo el mundo le dijo:
—Periiicooo, ¿quién ha robado la manta?
Y el Perico, riéndose solamente como los tontos saben reírse, se les quedó mirando y dijo:
—Mira que sois tontos. Habán sido los ladoneeees…