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Estos eran siete cabritillos que estaban en su casa y entonces llega el lobo (la madre se había ido y llega el lobo). Dice: tas, tas.
− ¿Quién es?
Dice:
−Soy vuestra madre.
−A ver, enséñanos la patita por debajo de la puerta.
Le enseña la patita por debajo de la puerta y dice:
−No, tú no eres nuestra madre. Porque nuestra madre tiene la patita blanca y tú la tienes negra.
Y el lobo se va. Entonces luego, al rato, se va a una panadería y dice:
−¡Panadero! Dame harina.
Y se le ponen las patas blancas. Y llega: tas, tas.
Y dicen los cabritillos:
−¿Quién es?
Dice:
−Soy vuestra madre.
−A ver, enséñanos la patita por debajo de la puerta.
Le enseña la patita por debajo de la puerta y dice:
−Sí, pero la voz no está muy clara.
Entonces, se va a un gallinero y le dice al dueño:
−Oye, dame todos los huevos para comerlos.
Se come todos los huevos y se va. Y entonces, otra vez vuelve. Tas, tas.
− ¿Quién es?
−Soy vuestra madre.
Y ya claro, con la voz, dice:
−Abre la puerta.
Y se come a todos los cabritillos. Entonces, el lobo luego ya como se ha comido a todos los cabritillos, llega luego la madre.
− ¡Ay, mis cabritillos! ¿Dónde están? ¿Dónde están?
Y se va en busca del lobo. Y entonces el lobo se había ido, como se había comido a los siete, pues estaba muy lleno, muy lleno. Y se sentó a la orilla de un río. Y cuando estaba allí sentado o tumbado dice:
−Uy, qué sed tengo.
Se fue al río y como tenía la tripa tan llena, se cayó al río y se ahogó. Entonces vino un leñador, le abrieron la tripa, salieron todos los cabritillos y todos contentos se fueron cantando a su casa.